domingo, 15 de enero de 2012

Análisis: Mario y Sonic en los JJOO de Londres 2012


Tras haber analizado exhaustivamente la entrega anterior, me veo en la obligación moral de desgranar esta nueva entrega del crossover deportivo de estas dos grandes franquicias, aunque en esta ocasión, en lugar de analizar ambas versiones, sobremesa y portátil, que vienen a ser juegos diferentes, me centraré sólo en la de sobremesa (la de Wii) ya que la versión portátil (en 3DS) fue retrasada hasta marzo del 2012 aproximadamente, de manera que la reseña será algo más corta que la anterior.

Asumo que no hay que introducir a los personajes, y hasta me voy a ahorrar el contexto histórico, algo que cualquiera que conozca ambas franquicias sabe de sobra. Es otro Mario (y Sonic) sports, para bien o para mal. Pero la gracia es que esta vez no es tan sport.

De entrada, sorprende la leve pero acertada mejoría gráfica, tanto en la genial introducción CG como en el juego en sí. Pero una vez navegamos por los menús, sorprende aún más el planteamiento del juego.

El menú principal viene dividido en partida individual, Londres para todos (al que llamaré por su título en inglés, London Party, por ser más corto), el modo bonus que viene a ser la tienda del anterior juego, y los apartados de correo, records y opciones. Y ya está.

Al principio me quedé un poco sorprendido: ¿dónde están los torneos del primer juego? ¿Las pruebas del modo minijuegos y el modo festival del segundo? ¿El modo historia de la versión portátil del segundo? ¿Esto es todo lo que el juego tiene que ofrecerme?

Y en cierta manera así es. Básicamente, el juego toma una inesperada dirección frente a lo que uno podría esperar viendo la ambiciosa entrega anterior. En vez de llevarlo por el lado de los Mario sports tradicionales y expandir ideas por ahí, esta nueva entrega toma el camino del party game total, con pruebas más cortas e intensas y un mayor número de ellas. De hecho, el modo London Party es literalmente un Mario Party, excepto por el método de desplazamiento, que es libre en lugar de depender de un dado y de turnos. Esto no es algo malo per se, y desde luego casa con la imagen family friendly que intentan transmitir ambas compañías ahora, y en bastante mayor medida que el acercamiento más profundo que uno podría esperarse a raíz del anterior juego.

Lo puntos buenos son el control, mas intuitivo si cabe, debido a que la mayoria de las pruebas se juegan con el mando de lado al estilo NES (y las pocas que requieren sensor de movimiento lo hacen de forma holgada sin exigir aspavientos imposibles), y el enfoque totalmente multijugador que hará las delicias de las reuniones con amigos, al menos con aquellos un poquito más abiertos de mente y que se presten a jugar a algo que no sea Mario Kart o Smash Bros.


¡Ahora con un 20% menos de meneamandos!

La CPU también es un buen punto a destacar, ya que parece haber mejorado algo su IA, o al menos yo lo aprecio así, pareciéndome aquí la dificultad normal más alta que en los dos juegos anteriores.

También es muy positiva la vuelta de las opciones de customización de los Miis, incluso más expandidas aquí que en el anterior juego, siendo casi una manera de crear personajes a tu gusto, recuperando la opción de customizarlos en stats y apariencia, con una galería BESTIAL de trajes, disfraces y demás, conteniendo casi todos los accesorios del anterior juego más unos cuantos más con bastante fanservice (como disfraces de los Koopalings o de los Babylon Rogues). A medida que les vas desbloqueando accesorios y ropa y puedes ir customizándolos cada vez más, resultan casi más divertidos de usar que los protagonistas, siendo prácticamente lo mejor del juego.

Los eventos deportivos (incluyendo los fantasía) vienen desbloqueados nada más comenzar, siendo los minijuegos y misiones del modo London Party lo "desbloqueable". El problema es que el juego es corto y está exento de toda sensación de progresión. Una cosa es centrarlo más al multijugador y otra es cargarse prácticamente TODOS los modos de juego excepto el de partida individual. Técnicamente el modo London Party sustituye al aventura del de invierno versión DS, en tanto a que aquí encontramos montones de misiones.



Sin embargo, en lugar de tener torneos o desafíos que superar como en las versiones de sobremesa anteriores, o un modo historia por el que explorar mapeados y hacer misiones como en el de invierno de DS, London Party consiste de un tablero único donde ir haciendo misiones hasta ganar. La mecánica consiste en moverse libremente para charlar con los personajes que van apareciendo por el mapeado, impidiéndoselo a los rivales vía objetos como caparazones, bananas, y demás clásicos de Mario y Sonic. Estos personajes nos proponen misiones de diversa índole, tanto competitivas como cooperativas, y cada cierto tiempo (aproximadamente cada 2 turnos/misiones realizadas) disputar algún evento olímpico/fantasía. Cada misión o evento superado nos da unas pegatinas coleccionables, y el que antes reúna un número determinado, gana la partida.

Esto resulta divertido, pero como comento, el problema de este juego es querer comprimirlo todo en el modo London Party, obligándonos a jugar una y otra vez para obtener coleccionables sin más gratificación que esa, y encima siempre en el mismo mapeado (ya podrían haberse estirado y hacer cinco o seis tableros con diferentes temáticas londinenses y/o británicas). Atrás quedan los torneos y misiones del primer juego, o la gran variedad de retos del segundo como el modo festival, las contrarrelojes, la caza de monedas azules, etc. London Party es todo lo que este juego tiene que ofrecernos. El hecho de que los créditos vengan desbloqueados de inicio (bajo el apartado de opciones) debería de darnos una idea de la extrema simplificación de este juego en comparación con el resto de Mario´s y Sonic´s deportivos. No hay modo historia, ni torneos, ni retos, ni nada. No hay progresión alguna.

Siempre se puede intentar sacar todas las medallas de oro y desbloquear todos los minijuegos, misiones y jefes, del modo London Party (todos seleccionables individualmente una vez los sacas, afortunadamente), pero lo primero es posible hacerlo en un par de horas, y para lo otro, se requiere jugar una y otra y otra vez, pues el que aparezca esa misión o rival que te falta por sacar, es totalmente aleatorio, y sale más a cuenta ir sacándolo mientras juegas con amigos (las partidas multijugador cuentan, gracias a Miya) que repetir eventos sin ton ni son por tí sólo, máxime cuando no hay recompensa alguna por conseguir todos los coleccionables, exceptuando ese bonito 100% en el icono de tu archivo de guardado.

Para remate, aunque el enfoque más simplista puede venirle bien, algunos minijuegos o deportes pecan de ser demasiado simplones, como el bádminton, una especie de tenis donde sólo importa golpear el volante a tiempo, puesto que TODO es automático en función del timing con el que se golpee el volante, o las barras asimétricas fantasía, posiblemente la peor elección para un evento fantasía, consistente en girar haciendo puntos sobre dichas barras, tal como en el evento real, y que no introduce ninguna mecánica "mariana" ni "sónica" salvo por el escenario donde se desarrolla y por el hecho de que en lugar de jugarlo por turnos, todos los jugadores hacen el ejercicio a la vez, añadiendo algo de pique por robar barras a tus rivales haciendo que se caigan, o agarrarte a sus pies para girar con ellos y llevarte sus puntos. Otros eventos sí son bastante más intensos y divertidos, como la esgrima (completa con súper trallazos), el fútbol (algo menos bestia que en Mario Strikers pero aún así resultón) o el rafting fantasía. Lamentablemente, a mi juicio, el tono simplista está demasiado presente para resultar tan divertido como el anterior juego, y aunque puede que algunos valoren el enfoque party game, más acorde a la idea de este crossover, como fan de ambas sagas, esperaba que tirasen por derroteros más "hardcore" a raíz del genial título anterior, que parece que lejos de ser el comienzo de unos crossover más potentes entre ambas franquicias, de momento pinta más como una joya aislada en un mar de juegos para la abuela.

Uno de los eventos más resultones del juego y aun así demasiado simplista comparado con la tremenda entrega anterior

Es una lástima que el juego se quede en un party game resultón, que comparado con cosas como Wii Party sale ganando de sobras, pero que comparado con las franquicias de donde proviene, se queda a medio gas, y aún más lástima es saber que ha sido por las prisas por tenerlo listo para la campaña navideña, que han llevado a terminarlo como han podido, cosa que han sufrido algunos de mis juegos más esperados de las navidades pasadas (mayormente Mario Kart 7 y Sonic Generations 3DS), siendo este posiblemente el peor parado.

Siempre queda el confiar en la versión de 3DS, que en teoría tirará por los derroteros del de invierno de DS, con la mayoría de eventos de su versión de sobremesa intactos, pero expandido con torneos y un modo aventura en condiciones. Cuando salga a la venta, en un par de meses, veremos si el retraso está justificado, o sólo fue una artimaña para no pisar a los juegos vendeconsolas de navidades.

Saludos decepcionados.

2 comentarios:

  1. Solo por metal LoLnic merece la pena! xD Y a mi me gusta bastante mas generations 3DS que el grande...

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  2. Gran análisis.
    Aún no he jugado a ninguno de los dos (wii y 3ds), pero espero hacerlo medianamente pronto, sobretodo al de Wii, que lo tengo sparrow.

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