sábado, 17 de noviembre de 2012

Miyamoto es el Ibáñez japo (Paper Mario Sticker Star related)

Recientemente ha salido a la venta el Paper Mario Sticker Star de 3ds. Y no son pocos los que anonadados se hallan con la simplificación aplicada.

No hay compañeros ni otros personajes jugables que no sean Mario mismo. Oh, y no se puede subir de nivel, sino que para aumentar las estadísticas hay que encontrar upgrades a lo Zelda o Metroid. Esto puede aliviar las revisitas a niveles si se va en plan explorador pues hace que no sea obligatorio pararse a eliminar enemigos una vez detrás de otra. Claro que por otra parte también elimina el punto en sí de matarlos la primera vez, aunque sigue sirviendo para acumular monedas y algunos ítems dropeados.

El punto no es ya la simplificación de este juego en sí, sino de la tendencia de las últimas entregas de sagas Nintendiles de dar dos pasos hacia delante y cinco hacia atrás. Y es que Miyamoto, genio creativo aparte, es a mi modo de ver, demasiado receloso con cualquier novedad. No olvidemos que si por él fuera, no se habrían incluído algunas de las mejores partes de juegos recientes, como la posibilidad de "customizar" vehículos en Mario Kart 7. Pero es que últimamente lleva una racha bastante bonita. Primero está el famoso chantaje emocional de "los nuevos jugadores tienen que querer Starfox, así que si el de 3ds no vende, no hacemos más." con esa manía de forzar la audiencia manco-senil en los videojuegos (cada cosa tiene su público y si los fans te piden Starfox y estos venden moderadamente bien ¿qué coño hace diciendo eso? No todo tiene que vender como un Wiifit, cohoneh.

Luego tenemos la famosa entrevista de la web francesa Gamekult donde literlamente se sorprendió de que la gente quisiera más F-Zero argumentando que "creía que la saga ya no daba más de sí" (pero el maldito es capaz de sacar un nuevo Mario por la primera chorrada que se le ocurra).


Y ahora, para rematar, tenemosesta entrevista en Nintendolife donde los directivos del juego comentan que la brutal simplificación en el juego (compañeros anecdóticos, batallas simplificadas, fuera todo sistema de medallas y experiencia, trama clásica "Bowser rapta a Peach" que ya huele a rancia, etc) se debe ni más ni menos que a petición del mismo Miyamoto, que no quería que la saga se fuese por otros derroteros.
En resumen, adoro a Miya y creo que su trabajo ha marcado, y no pongo en duda que a nivel jugable, sepa diseñar juegos mejor que nadie, pero empieza a repatearme que sea tan "jefe" en cuanto a limitar creatividad. Tirón de orejas para él.